(2008. Dir: Scott Thomas) tambien estrenada como Flight of the Living Dead. Muchos directores, una vez que logran que el zombie o los zombies ataquen a las personas, se estancan en el argumento y ya no saben qué hacer con la película. Es este el caso a mi parecer. Un argumento tirado de los cabellos puede ser dejado como segundo plano si el ataque zombie y su solución están bien realizadas y planteadas. Pero aqui tampoco pasa eso. Un humano "infectado" es transportado en el compartimiento del avión, junto a un guardia armado(¿es posible eso con la seguridad actual?). Nadie de la tripulación sabe esto a excepción de dos "doctores" involucrados. Como es de esperarse este "infectado" se escapa y contamina uno por uno a la tripulación, transformándolos en zombies hambrientos. Hasta aqui la película logra ser entretenida. Pero una vez que el caos se apodera del avión, se convierte en una seguidilla de tiroteos (¿es tan facil conseguir pistolas dentro de un avión?, acaso un solo disparo no lo despresuriza?) y persecuciones a granel, logrando asi la sensación de repetitivo, estancado y hasta aburrido. Parece ser una película de bajo presupuesto pero tiene buenos efectos y actores conocidos. Como siempre digo, cualquier expresión zombie es aplaudida, aunque siempre es bueno ser exigente en este género genial.
