2007 (Director: Francis Lawrence). Will Smith protagoniza esta nueva versión de la adaptación de la mítica novela de Richard Matheson. Toda la humanidad ha sido infectada por un virus que muta producto de querer curar el cáncer. Todos se vuelven semi-vampiros-moustruos, donde Will Smith (Robert Neville) es el supuesto único sobreviviente, que sale a las calles solitarias solo en el día y se esconde en su casa-bunker por las noches. La novela original incluso influenció a maestros de la talla de Stephen King, pero en esta oporunidad, la película no llena las expectativas. A pesar de la buena actuación de Smith y la alucinante puesta en escena de New York solitaria y abandonada, existe un punto muy flojo en la película: los "vampiros". La pésima costumbre de crear personajes digitales deteriora mucho las secuencias de persecución, donde los "vampiros" parecen ser super-hombres que prácticamente vuelan y corren a mil kilómetros por hora, contradiciendo la idea que están infectados bajo un virus. Con este argumento podriamos estar hablando de una de las mejores películas del año, lamentablemente, es un solo fiasco más.
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