(2008. Dir: Toby Wilkins) Particularmente disfruto mucho de películas donde algún experimento científico o algún ser de otro planeta (tipo The Thing) viene a multiplicarse a costas de cualquier ser vivo, especialmente humanos. Y es que este tipo de películas tiene siempre un sabor de película 70´tera, de bajo presupuesto. Aqui el inglés Toby Wilkins apuesta por una historia nada original pero siempre atractiva, donde un ser indecifrable destruye cualquier organismo y lo transforma a su antojo, en ansias de, suponemos, eliminar cuanto ser vivo se le cruce al frente. La primera mitad del film logra la atención producto de saber qué diablos es ese ser asesino, que parece se multiplica por espinas, más aún cuando las víctimas son sólo 5 personas, atrapadas en un grifo de un pueblo casi fantasma. Hasta ahi todo bien, incluso dan a entender que se trata de algún experimento de alguna estación cercana. Pero de ahi parece no saben qué hacer con el argumento y la historia se transforma lineal, impredecible y desinteresante. Creo que la actuación, o mejor dicho los personajes, no contribuyen en nada a la historia y si bien los efectos son muy buenos, tal vez faltó algo más de violencia. A pesar de estas falencias el film contribuye con algo de aire fresco a los contínuos fracasos actuales.
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