
La trama de estas dos últimas películas es simple: turistas aventureros son engañados hasta caer como "presas" de una organización super secreta que sus miembros pagan miles de dólares por cada uno de ellos para torturarlos, mutilarlos y matarlos.
En HOSTEL II, Eli Roth se va alejando de sus inicios totalmente gore, nos ofrece una dirección demasiado convencional donde el argumento se repite e incluso va perdiendo credibilidad (la "organización" se hace mas grande y conocida, cuando debió pasar lo contrario). Las únicas escenas buenas son justamente sólo cuando se acerca a sus raíces gore, pero aún así, a pesar de las muy buenas ideas sobre la forma de los asesinatos (castración y decapitaciones), la película nunca llega a convencer y hasta por momentos es decepcionante. Tal vez la misma industria comercial del cine de alto presupuesto no le permita realizar a ELI ROTH cosas más osadas, perdiendo el verdadero objetivo del cine gore: transgedir suceptibilidades.